EKEV – עקב

Devarim: 7:12-11:25
Haftará: Isaías 49:14-51:3
Brit Jadasha: Romanos 8:31-39

Siempre que iniciamos una empresa medimos las posibilidades de éxito y de fracaso.  Adonai nos muestra en esta Parasha que la conquista de Eretz Israel, la empresa que los Bnei Israel comenzarían, no depende de la fuerza o la estrategia sino de la aceptación de la Tora en el corazón de cada uno.
La conquista del objetivo no deber acarrear el abandono de los principios que a ella nos llevaron, conocer a Adonai. Por eso, es clara la Escritura avisando a Israel sobre la distancia que debe poner de la idolatría de aquellos pueblos que serán desterrados.
Cuando el objetivo se logra, el corazón del hombre suele dedicarse a saciar sus deseos mas que a fortalecer su camino al conocimiento de Adonai. Cuando el objetivo se logra, podemos ser tan ligeros que solemos considerar que somos nosotros quienes hemos hecho la tarea, así desplazamos lo esencial de nosotros: de donde venimos y a donde vamos.
Bnei Israel viene del vientre divino, fue forjado por voluntad divina, fue hecho de un hombre: Abraham, un pueblo; liberado de la esclavitud y llevado por desierto por cuarenta años a fin de ser su corazón (centro de la voluntad) enseñado. Mas Adonai nos cataloga como duros de cerviz, rebeldes a su voluntad. De allí venimos.
Se nos ha prometido Eretz  Israel, una tierra donde vivir en paz, con suficiente alimento, con un clima propicio a nuestras tareas, lo único que se nos pide es estar adheridos a Adonai.
¿Cómo poder hacerlo, cómo adherirnos si en realidad sólo cometemos errores?
La promesa para Bnei Israel y de allí para toda la humanidad es clara, adhiérete a Adonai y tus caminos serán sencillos y te conducirán a la redención.
El Mashiaj, manifestación del atributo de misericordia divina guiará tu senda. El ya lleva sobre sí el atributo de justicia divina que nos separaría del Creador.
Acepta en tu corazón la Tora de Yeshua HaMashiaj, adhiérete a Adonai, que no hay nada creado bajo el cielo o bajo la tierra que pueda separarte del camino al cual has sido llamado: el camino de la redención de tu nefesh (alma).

Iosef Shemi
Rabino Mesiánico