VAERA – וארא

Shemot: 6:2-9:35
Haftará: Ezequiel 28:25-29:2
Brit Jadasha: Romanos 9:14-24
Abraham, vuestro padre se gozó de que había de ver mi día, y lo vio y se gozó” Juan 8:56
La travesía de nuestro padre Abraham en la senda de su acercamiento a D-os nos muestras las cualidades de un siervo fiel.  En Parashá Vayera lo vemos hospedar los ángeles de D-os que traían un mensaje de vida (el nacimiento de Itzjak) y un mensaje de juicio (la destrucción de Sodoma y Gomorra).
También se refleja la manifestación del amor a todos los pueblos cuando ora al Creador pidiendo por los justos antes de la destrucción.  Esta universalidad en el sentimiento aclara la esencia de todo siervo fiel e íntegro.
Sin embargo la Torá nos lleva por un callejón oscuro pero real mostrándonos lo oculto de los hombres e igualando a nuestro Abraham con cada hombre de la vida diaria: mintió respecto a su esposa Sara, la presentó y entregó como su hermana.  Tanta fe, tanta integridad, tanta fuerza interior y convicción no alcanzaron para no errar.  Cuando ya se había asentado Abraham y plantado en Beer-Sheba un tamarisco (símbolo de la morada duradera), D-os le pide que se convierta en estandarte de la fe.  Le llama para que ascienda al monte de Moriá (donde luego se construiría el Templo) y realice un sacrificio final: su único, su descendencia, el valor de su fe, a Itzjak.  No dudó, emprendió la marcha y al instante final, un sustituto le fue dado, un carnero dispuesto por el mismo Adonai sería de reemplazo.
Nuestro Padre Abraham y nosotros tenemos mucho en común.  Al principio del camino dejamos todo por seguir a D-os, luego que somos bendecidos caemos por nuestras debilidades, otra vez somos bendecidos y al final, toda nuestra capacidad espiritual es puesta a movilizarse como le sucedió a Abraham ante el pedido de entrega a su único, el todo, Itzjak.
La prueba, no es prueba en sí, D-os no juega con el hombre, mas bien nos conmueve para que broten nuestras posibilidades espirituales.  Yeshua HaMashiaj pone en nuestro corazón la alegría que tuvo Abraham cuando vio lo que D-os mismo hizo, disponer de un carnero que reemplace la muerte de su hijo. Abraham entendió el mensaje.  Habrá alguien en los futuros días que redimirá de la muerte a su descendencia y nos guiará en la senda que Adonai espera que transmitamos, la de Mishpat (juicio) y Tzedaká (justicia), ese alguien que siendo pre-existente a nuestro Padre Abraham, que es y será Yeshua HaMashiaj

Con inmenso amor
Iosef Shemi
Rabino Mesiánico

Vaera (2)

Ya estamos en los umbrales de la libertad. Moshe transmite cuatro promesas a los Hijos de Israel hechas por Di-s y que nos muestran la guía de El en todos los acontecimientos que sucederán:  “os sacaré, os libraré, os redimiré; os tomaré por pueblo”.
La manera divina de llevar a cabo estas promesas era dar la liberación completa pero no sin batalla ante Paroh, pues su corazón no dejará salir libre a Israel.
Se enfrentarían dos dioses, el Di-s de Israel y la personificación humana de un dios en el trono de Mitzraim (Egipto).
D-os presenta sus signos y portentos, muestra su poder ante el mundo, sin embargo cuanto mayor es el impulso divino, mayor es la resistencia de Paroh.
Dos ideas están enfrentadas, Adonai, “el D-os de los Hebreos”, y Paroh, la representación humana de las divinidades egipcias, dos ideas que implican dos concepciones diferentes frente a la vida diaria.
Por eso es que Adonai comienza a enviar plagas a los egipcios.  Fue la forma que tuvo de permitir a estos de arrepentirse frente al único y verdadero Di-s, y así dejar en libertad al pueblo de ese Di-s.
Sin embargo, el producto de la idolatría cegaba aun mas el ego de Paroh, y una y otra vez la oscuridad llegaba a su corazón.
¿Por que eligió Di-s estas plagas y no otras? La clave es que cada una de éstas tiene que ver con cada uno de los dioses mas importantes del panteón egipcio. Así cada uno de ellos quedaba sin valor frente al Di-s de Israel.
Sabemos que Adonai triunfó y que esto posibilitó la redención del pueblo de Israel.
Una de las formas recordatorias que ha tomado el pueblo de Israel con este evento de liberación, es el llamado Seder de Pesaj (Cena de Pascua) en donde tomamos cuatro copas de vino que hacen referencia a cada una de las promesas dichas por Di-s al pueblo.Yeshua HaMashiaj, haciéndose eco de estas copas y estas promesas, será quien libere nuestra alma día a día de la esclavitud de nuestro ietzer hara (impulso del mal), venciendo en nosotros todas nuestras debilidades. Y, en el sentido comunitario, es quien eleva otra vez al Pueblo de Israel para el servicio al único Di-s, para que su Nombre sea Uno en toda la tierra.

Con inmenso amor
Iosef Shemi
Rabino Mesiánico