El Korbán

Ya han pasado más de dos mil años, y el pueblo de Israel mira con recelo una historia del pasado, un ser que como muchos otros se ha proclamado el Mesías y en su mayoría por parte de los dirigentes espirituales ha sido rechazado: Yeshua.

Por qué con recelo?  Básicamente porque existe un abismo enorme entre un Mesías esperado en la tradición de Israel y el Cristo proclamado por la sociedad occidental.

En esta línea, intentaremos un camino arduo y sinuoso, como para intentar comprender sin temores  a la crítica ni a la desaprobación, como es que Cristo murió para que dios perdone nuestros pecados, cuando la misma Escritura no pide sacrificios humanos.

La religiosidad promete soluciones fáciles a problemas complejos, y mediante esas soluciones produce el control del hombre como individuo y de la sociedad como un todo.

Sin ingresar en detalles demasiado específicos, que el lector podrá profundizar o ampliar de fuentes rabínicas, que han desarrollado el tema con detalle, nos acercaremos al sistema de sacrificios que describe la Torá.

Básicamente existen  cinco distintos tipos de sacrificios y para distintas ocasiones: Oláh – holocausto -עֹלָה, Minjah Shelamim – ofrenda seca de paz – מִנְחָה שְׁלָמִים,, Jataat – purga o también llamada de pecado – חַטָּאת,  , Asham – אָשָׁם – ofrenda por la culpa (esto lo podemos corroborar en Vaikra – Levitico 1-7).  Estos Sacrificios o korbánot fueron pedidos por diversos actos o pensamientos que hayan quebrado la Torá y sus mandamientos, y korbánot por agradecimientos o pedidos de protección. En algunos casos se regula el tipo de animal, en otros casos son pedidos sacrificios compuestos por harina y otros ingredientes, es decir, no implican sangre derramada (ofrenda de Minja) (e.g. Lev. 5:11)

Sea uno o sea otro, existe en el proceso de la ofrenda, lo que se denomina vidui, confesión pública de por qué se ofrece el animal o la torta amasada, ella es hecha por el oferente e implica la presencia de este y el acto de Teshuvá, volver al camino de la Torá, mal traducido como arrepentimiento. Así, el hombre se relaciona con el Cread-r sin intermediarios, pero con la ayuda en lo práctico o asistencia de los sacerdotes que hacían el ritual en el altar. No existe en el sistema de sacrificios de la Torá ningún intermediario en la relación hombre Di-s, cada uno es responsable de sí mismo y de acercarse al Cread-r.

El Korbán, sacrificio, es la acción de acercarnos al Cread-r, ya que la palabra korbán –   קָרְבָּן – proviene de kerev –    קרב acercar.

Aclaramos aquí, que si bien comúnmente se traduce la palabra korbán como sacrificio, esta proviene de kerev, acercar, indicando la intención o Kavaná-  כונה de la acción del oferente, mientras que la acción de degollar el animal y derramar su sangre tanto como descuartizarlo se denomina en hebreo zebaj – זבח – y esta se traduce en todos los textos como sacrificio también, esto lleva al lector a no poder distinguir cuando se habla de la intención de acercarse y cuando del acto físico de la acción en el altar. En los Escritos Mesiánicos, denominados nuevo testamento por el occidente, no se encuentra la palabra que alude a korbán sino a zebaj.

De esta manera, los pecados tienen como ser perdonados, si el oferente actúa con sinceridad en el proceso. Y como todos nos equivocamos frente a Di-s, pues fuimos creados con Ietzer hará, impulso del mal, como con ietzer tov, impulso del bien, es que una vez al año, en lo que hoy conocemos como Iom Kipur, Vaikra ( levitico 16),día de la expiación, se realizaban distintos sacrificios por el perdón de los errores y pecados del sumo sacerdote, de todos los que componían el sistema de sacrificios, por los gobernantes y por el pueblo en general.

Justamente, existen en la Torá moadim, fiestas establecidas en sus plazos, y jaguim (pesaj, shavuot y sucot) fiestas de peregrinaje a Jerusalem.

Las primeras implican sacrificios, las segundas además de sacrificios incluyen el korbán shelamim: la ofrenda de paz, en donde un cordero u otro animal, era sacrificado y una parte quedaba para los sacerdotes, otra se quemaba y otra era para el oferente (que lo comía con sus familiares y amigos), estando las tres partes involucradas (oferente, sacerdotes y Di-s) y realizando la paz entre ellas.

PESAJ

La décima plaga previa a la salida de Mitzraim, Egipto, fue la muerte de los primogénitos. En ella, Boré Olam, el Cred-r, pide a Israel que separe un cordero macho de un año, perfecto, el día 10 de Nisan, llamado Shabat HaGadol, y que lo sacrifique el 14 entre las dos tardes, tal que el 15 de Nisan sea comida su carne asada junto con panes sin levadura y hierbas amargas (este acto tenía un aspecto dual, por un lado demostrar a Israel que los dioses de Egipto eran nada, ya que ellos adoraban al cordero, y a los Egipcios que sus dioses no podían en contra el Di-s de Israel).

La sangre del cordero debía ser puesta en los dinteles de las casas y así, el ángel de la muerte, es decir, el atributo de justicia divina, no llevaría la muerte al primogénito de ese hogar.

Boré Olam pide claramente que recordemos de generación en generación este acontecimiento, nos ha liberado de la esclavitud y nos guiará a la revelación de su Voluntad entregándonos la Torá en el monte Sinaí.

Recordando que cuatrocientos años antes había descendido de la tierra prometida a Abraham un cortejo de setenta personas, veremos que saldrán seiscientos mil hombres más sus mujeres y niños, es decir, en la angustia de Mitzraim se ha formado el Pueblo de Israel.

El cordero de Pesaj, es inmolado como redención de los primogénitos, los cuales son elegidos por Boré Olam para su servicio (mas tarde serán elegidos los hombres de la tribu de Leví en su reemplazo), no existe ninguna referencia a una muerte sustitutoria de algún tipo de pecado, el cordero no muere para que los pecados de Israel sean perdonados, sino para que el atributo de justicia divina, representado por el ángel de la muerte, este limitado en su accionar y no golpee la casa del pueblo de Israel, ni de los prosélitos o gentiles que se le habían adherido. A su vez, Paroh, el Faraón vería como su hijo y el de los suyos moriría, y esto vencerá momentáneamente la obstinación de Paroh de no dejar ir a Israel. Redimir es pagar un rescate, no implica perdón de nada ni a nadie por nada.

Existen cuatro formas de interpretar la Escritura en el pueblo de Israel, el pshat  (lectura simple del texto), el remez (intentar comprender la idea del texto, que nos sugiere), el drash (analizando palabras contextualizadas y otros versículos en común se llega a una interpretación y una aplicación contemporánea), el sod (lectura mística) , Pa-R-De-S –  פ ר ד »ס .

Las cuatro formas de interpretar nunca pueden contradecirse entre sí, y todas son aplicables en su respectivo nivel. El sod , el misticismo, nunca define un concepto sino que es una interpretación especulativa que interpreta el pshat, la lectura simple y llana del texto, y no puede ni debe estar en contradicción el sod con el pshat, si lo hubiere la explicación mística es desechada por oponerse  a la Torá. El sod genera tradiciones y estas comportamientos de acuerdo a cada grupo que acepta o no esa interpretación especulativa, pero no genera mitzvots (mandamientos) que se superpongan o cambien la Torá.

Un claro ejemplo de esto es que en Pesaj se ha realizado una forma práctica de recordar la salida de Mitzraim (seder de pesaj), basada en los textos de shemot, éxodo, capítulo 12, donde recordamos  la protección  de los primogénitos a través del sacrificio del cordero, comemos pan sin levadura y hiervas amargas, y contamos la historia de la salida de la esclavitud a la libertad.

Ahora bien, en el plano del sod, el misticismo, se ha desarrollado que Paroh es representativo de la esclavitud a la que nos somete nuestro ego o nuestro ietzer hará, impulso del mal, y que Mitzraim representa la angustia de esa esclavitud, siendo que en Pesaj,  Boré Olam nos guía al desierto para revelarse en nuestra neshama ( alma espiritual).

Son planos diferentes, generación tras generación recordamos Pesaj, lo vivenciamos, recordamos la obra grande que Boré Olam hizo a través de su servidor Moshé… y luego miramos hacia nosotros y nuestro tiempo y nuestra vida y hablamos de cuanto debemos desapegarnos de nuestro ego….lo místico no anula ni cambia la Torá, lo aplica a nosotros y a cada uno de nosotros. Lo místico no deja de ser interpretación, la cual puede variar de acuerdo a las diversas interpretación, revelaciones o maneras de percepción de los sabios de Israel, pero  la Torá es acción (de ahí la palabra Halajá, traducida como ley, que significa caminar , andar…) y es la guía de vida que Boré Olam reveló al mundo a través de Moshé su servidor.

Ieshaiahú 53

La vivencia de la Torá trajo aparejada muchas diferencias en el Pueblo de Israel puesto que el camino de aprendizaje del hombre colisiona con la Voluntad Divina. La Torá nos da mandamientos pero no desarrolla su aplicación concreta en muchos casos, esto llevo a diversas interpretaciones, las cuales condujeron a caminos erróneos, asimilación, tiempos de idolatría en la misma Tierra Prometida, con el fracaso inminente del hombre en la sociedad que intentaba vivir amparado en la Revelación Divina.

Lo que separa al hombre de Di-s es el dominio del ietzer hará , יצר הרע , impulso del mal, sobre el ietzer hatov – יצר הטוב , impulso del bien. De allí, surgirá el ego, Paroh, mi conveniencia sobre lo que la Torá dice y pide de nosotros. Di-s sigue revelándose a Israel, ahora a través de neviim, profetas. Estos traen un mensaje particular para un tiempo particular y de aplicación a solución de problemas de índole nacional y en algunos casos de índole individual.

Aquellos hombres que intentan con todas sus capacidades alcanzar los niveles de vivencia de la Torá, escribirán sus experiencias individuales respecto a ellas, lo que Boré Olam les ha mostrado y revelado a su neshama, alma espiritual. Así surgirán los Ketuvim, escritos.

La revelación divina queda formada entonces por la Torá, los neviim y los ketuvim,  (Tanaj   תנ»ך) siendo el orden claro para la aplicación del Pardes el siguiente: La Torá es la revelación divina a todo el pueblo, los neviim la revelación divina a hombres específicos, los profetas, y los ketuvim son escritos de las experiencias de los hombres hablando de su caminar en la Torá.

Nada anula, contradice y o deroga la Torá.

El Pueblo de Israel se enfrenta a un destino relacional directo con el Cread-r, si rompe el pacto con Di-s, sufrirá las consecuencias de sus acciones  y por ende la perdida de la Tierra Prometida. (Aquí quiero hacer el énfasis de que no es el Creador el que castiga sino más bien nosotros cosechamos nuestra desobediencia)

El Pueblo de Israel rompe varias veces el pacto de Sinaí.

Entonces surge la necesidad de la unión y aclaración de muchos versículos de la Torá y tradiciones en su aplicación, entendiéndose que la intervención divina se hace necesaria, y para ello la interpretación mayoritaria pero no única, es que Boré Olam enviará a Su Siervo, el Ungido, para regresarnos al cumplimiento correcto de los mandamientos. Esta interpretación surge después del último Profeta listado en el Tanaj, Malaquías, esto es unos 200 años antes del servicio de Yeshua, en que aparecen escritos apocalípticos y mesiánicos,  escritos llamados deuterocanónicos, como por ejemplo: Enoj, Baruj, Macabeos, Sabiduría de Salomón, etc.

Quién es, como se llamará, que hará, que enseñará, donde nacerá, como morirá….que sucederá con Israel….realmente existirá o es un invento producto del fracaso de los sabios de Israel….estas y muchas otras preguntas fueron motivo de debates entre los distintos grupos y escuelas.

En que se basaban… en claras profecías sobre eventos futuros, las cuales hablan de un Siervo                     (reminiscencia de Moshé, siervo de Boré Olam), que elevara a Israel a la cabeza de las naciones y restaurara el Trono del Rey David, trayendo eventos aun en la naturaleza y la extensión del cumplimiento de la Voluntad Divina a todas las naciones de la tierra…y en otros sectores un Siervo que ha de sufrir por el abandono de la Torá por el mismo pueblo de Israel, que morirá e instaurará la resurrección de los muertos.

El denominado Siervo Sufriente, tiene su origen en la segunda parte relatada, y tiene como base más clara el texto del profeta Ieshaiahú en los capítulos 52:13 -53:11

El Siervo de Boré Olam, será despreciado. Será considerado metzora, un leproso, un hombre impuro.

En ese proceso, su muerte producida por la sentencia de un juicio  civil, será igual que la de un cordero manso que sin oponerse a su destino, es sacrificado para una ofrenda. El cordero no opone resistencia a quien lo degüella y el acto se vuelve un acto oferente.

En Ieshaiahú 53 se relatan las heridas del metzora, del impuro, por Peshá (rebelión), los golpes por Avón (iniquidad), ambas cometidas por el pueblo de Israel frente a la Torá, producto del dominio del ietzer hará.

Esa entrega pedida por Hashem al Siervo, llevada a la muerte del mismo, tiene el grado de expiación de haAsham, del cordero que se ofrece en el Templo producto de HaAsham, la culpa.

El profeta tiene una revelación, jazón, sobre eventos futuros, ve con su neshama los eventos, y para explicarlos menciona la interpretación de los mismos, aquí están unidos el pshat (elementos de la Torá simples y directos) y el sod, interpretación mística del evento que relata.

Si no fuera así, y habiéndose entendido que el libro de Ieshaiahú era revelación Divina, por qué siguieron vigentes los sacrificios de animales y no fue cambiado todo el sistema que tenía consigo el perdón por cada sacrificio ofrecido, por que Yeshua nunca lo cambió específicamente.

Así el Siervo, antes de ser grande ha de ser rechazado de los suyos, tal cual Iosef y sus hermanos, de ahí que nuestros sabios hablan de Mashiaj ben Iosef, el que sufre por el pueblo para elevarlo, y Mashiaj ben David, el que establece la paz universal y la restauración de la creación.

El Siervo sería rechazado y matado en Pesaj, siendo en el plano místico, el cordero que redime al primogénito de Israel, en la Torá será a cada hijo de cada familia, en Ieshaiahú al primogénito de Di-s : el pueblo de Israel. Lo redime del acto puro y simple de estar dominado por el ietzer hará, impulso del mal, siendo esclavo de Paroh….el ego.

En el sod, este sacrificio de la vida del Siervo, redime la brecha de todos aquellos que lo conocen (conocer es tener relación íntima con el Maestro de la Torá para vivir la Voluntad Divina), sean Israel o sean prosélitos (gentiles que se comprometen con la Torá en diversos grados), pero no anula ni cambia los mandamientos de la Torá, solo muestra que si no ejercitamos estos mandamientos nos alejamos tanto del Cread-r que nos volvemos impuros.

YESHUA

Todo lo que sabemos de sus enseñanzas y vida ha llegado a nosotros a través de lo que se conoce como nuevo testamento. Desde la misma definición, un testamento implica la muerte de alguien y una herencia, el pueblo de Israel ha muerto y el pueblo de dios, el cristiano, recibe el legado del muerto.

Desde allí se han originado las ediciones de lo que se conoce en occidente como nuevo testamento, el cual incluso tiene como idioma un idioma occidental, el griego palestino (palestina es el nombre que pusieron los romanos a la Tierra Prometida después de  que araron la ciudad de Jersulem en el siglo II, para que Judea sea borrado de la faz de la tierra), que algunos autores mal entendidos lo han llamado koiné, que significa pueblerino o vulgar.

La crítica lingüística y literaria desarrollada en los últimos años nos habla de distintos niveles de griego en los libros que componen el nuevo testamento, indicando un autor primario y ediciones con correcciones posteriores que adosan lo que el lector debe entender y lo que supuestamente el autor quiso decir, es decir, son escritos manipulados para decir lo que no siempre dicen o no siempre dan a entender. Este artículo no se interesa en ahondar técnicamente con pruebas sobre este tema, las cuales pueden ser estudiadas de los mismos críticos textuales.

Por ello, y para no ingresar en debates interminables, expondremos las ideas que están en el texto y su lectura de acuerdo a la cultura y contexto de sus autores, todos judíos, acerca de un judío nacido en Israel, que vivió en Israel y que le hablo a judíos, Yeshua.

La Besorá de Matitiahú, conocido como el evangelio de mateo, expresa puntualmente la propia definición de Yeshua sobre la obra del Mesías, cuando en el capítulo 5 establece  el sentido del envío a este mundo del Mesías: vivir la Torá, enseñar la kavaná de la misma, y llevarla al punto más alto de consideración para su pueblo, el pueblo de Israel, reuniendo al pueblo alrededor de la Torá. Además aclara que quien vive y enseña los mandamientos de la Torá es quien desarrolla su alma en el Reino de los Cielos, en el Reino de Di-s, o sea es quien tiene en sí la Presencia Divina o Shejiná.

Toda la enseñanza de Yeshua tiene como eje corregir las diversas aplicaciones diarias e interpretativas de la Revelación de Di-s en el monte Sinaí. A su vez, como siervo de Di-s, debe vivenciar lo que los neviim han visto en sus visiones de la vida del Mesías, indicando los pasos de la restauración de todas las cosas, tikún haOlam  תיקון העולם, el regreso de la creación al estado del jardín del Edén.

Las expectativas de Israel eran variadas sobre el Mesías, cada grupo tenía la suya de acuerdo a su interés propio, y otros grupos negaban siquiera que hubiera un Mesías. A todo ello se refirió Yeshua en sus enseñanzas, indicando que la interpretación correcta de la obra del Mesías para la restauración de la creación al estado primigenio es la desarrollada por los profetas, tanto el rechazo y muerte del Mesías como la aceptación y elevación de la Torá por todas las naciones, el establecimiento el reino davídico y la redención final….todo a su tiempo y por eslavones.

Yeshua no fue el único que se adjudicó el título de Hijo de Di-s, Hijo del Hombre, Hijo del Rey David, y demás títulos mesiánicos en la historia de Israel, sí fue el único que vivió la Torá y la enseñó con la Kavaná correcta, y vivió en el plano de Asia, mundo físico, las profecías referidas al siervo de Di-s rechazado por parte de su pueblo.

La sociedad occidental en su afán de matar la raíz judía del nuevo testamento, enfocó la consideración filosófica greco romana como lente de lectura de las enseñanzas y vivencias de esos escritos, focalizando en el dolor como camino a la Shejiná, idea de origen pagano y asceta ajena a la Torá, elevando la moral y ética de las buenas costumbres paganas como medio de relación con la divinidad, ideas estoicas, y dividiendo la existencia entre un mundo material desechable y uno celestial que llega después de la muerte física, ideas platónicas, y entre un dios lleno de ira y justicia sin piedad frente a uno amoroso y perdonador del pecado ético y moral greco romano, ideas de Marción primer hereje según la misma sociedad occidental.

En el ser judío, la Torá es la guía, el camino para relacionarse con Boré Olam, los neviim, profetas, son mensajeros puntuales que expresan como volver a la Torá en momentos determinados de la historia de Israel, y los ketuvim, escritos, son las narraciones de experiencias individuales de la vivencia de la Torá….y los Meshijei ketuvim, escritos mesiánicos conocidos en el occidente como nuevo testamento, son escritos donde leemos lo que dijo e hizo el Mesías explicando y viviendo la Torá y el desarrollo de las primeras comunidades que lo proclamaron como Mesías de Israel y que vivían la Torá de acuerdo a la Kavaná del Mesías.

En este último punto, se describe el desafío de como incorporar a la Kehilá, comunidad, a personas prosélitas y o totalmente paganas, a la vivencia de la Torá según Yeshua.

Yeshua mientras enseñaba Torá y era seguido por el pueblo de Israel y algunos prosélitos, fue marcando el cumplimiento  del desenlace, el rechazo de los dirigentes de Israel.

Yeshua no vino a morir, vino a enseñar Torá, y debía cumplir con el plan establecido: mostrar como el ego, Paroh, separa al hombre de la divinidad.

Por ello, Yeshua eligió claramente la festividad de Pesaj para vivenciar Ieshaiahú 53, el cual se cumplió en todo su desarrollo, ya sea concreto, muerte del Mesías, ya sea histórico, rechazo del Mesías, ya sea legal, dictamen de un juicio de carácter civil como móvil de su muerte al ser acusado de sedición pues se nombraba rey de los judíos y no pueden haber dos reyes, el emperador romano y un rey local de un pueblo sometido por los romanos. Y por último el sod, el plano místico, indicando que el Maestro es rechazado como lo fue Moshe en su momento, y que su mérito nos redime de nuestras culpas, transgresiones, errores e iniquidades frente a la Torá.

El mérito, zejut –  זכות -es una idea rabínica que nos dice en el plano místico, que la respuesta del hombre a la acción divina ha sido aprobada por este. Por ejemplo, el mérito de Abraham es responder  a la emunah, confianza o fe, que Boré Olam puso en él. El mérito nos alcanza y es un plus o una ayuda en nuestro camino, si estamos  en el camino de la fe de Abraham, si siguimos al Di-s de Abraham. De la misma manera, el mérito del Mesías nos cubre si siguimos sus enseñanzas de cómo vivir la Torá y allí él nos completa.

Si Yeshua hubiera tenido como fin morir en la cruz desangrado, si ese hubiera sido su máximo anhelo y fin de su venida, para que nuestros pecados sean perdonados, entonces lo hubiera dicho y nunca lo dijo, entonces no puede ser el Mesías pues la Torá no pide sacrificios humanos. Esta manera de entender los hechos proviene de la cultura pagana, donde la ira divina reclama sangre humana para calmar su ira y castigo.

El Mesías redime místicamente nuestra incapacidad de  vivir sin equivocarnos, algo que Di-s sabe, pues nos ha creado con Ietzer Hará, impulso del mal, y nos ha dado los sacrificios de animales como medio para hacer teshuvá.

El plano místico no anula la Torá, no genera nuevos mandamientos, genera interpretaciones y tradiciones.

Destruido el segundo Templo en al año 70 de la era común, y ante la imposibilidad de ofrecer sacrificios en Ierushalaim para completar en el mundo físico la teshuvá, el rabino Iojanán ben Zakai estableció que el estudio de la Torá, la tefilá (oración diaria en tres horarios iguales a los de los sacrificios en el templo) y guemilut jasadim, buenos actos, reemplazan el acto físico de los sacrificios.

La conciencia humana ha dado un paso más, que permite establecer nuevos actos físicos frente a mandamientos de la Torá. Estas ideas ya estaban presentes incluso en la comunidad de Qumran, quienes vivían separados del Templo de Ierushalaim, pues consideraban que los líderes de Israel se habían alejado de la kavaná de la Torá y esperaban al maestro de Justicia, quien traería entre otras cosas, la claridad de la misma.

La lectura simple del nuevo testamento por la sociedad occidental, mas el agregado de versículos, eliminando el contexto cultural de los autores del mismo, derivaron en establecer verdades como: ‘’Cristo vino a salvar al mundo del diablo, Cristo murió por mis pecados y su sangre derramada en la cruz  (símbolo romano)  trae paz con dios y por lo tanto ya estoy puro de los mismos, Cristo vivió la ley por mi y la clavo en la cruz a esa ley maldita de Moisés, por Cristo voy al cielo y para imitarlo debo sufrir como él en la cruz’’.

Así el sod, el significado místico de un hecho, se hizo religión, camino de relación con un dios interpretado con ojos occidentales y se despegó del plano de la Torá, que nos pide acción en este mundo creado y dirigido por Boré Olam, quien envió al Mesías.

En pesaj recordamos el evento de la salida de Mitzaraim, Egipto, y desde la venida del Mesías en un sector del Seder de Pesaj, cena de pesaj, recordamos la remisión de Ieshaihu 53 vivida por Yeshua HaMashiaj…cumplimos Torá en su nivel de acción y en el momento propicio recordamos con el sentido del sod, misticismo, los eventos del Mesías, que implican sus enseñanzas y la esperanza viva de la restauración de todas las cosas.

Seguir a Yeshua es vivir la Torá como El la enseñó, depositando nuestra confianza en su guía, ya que solo el Mesías ilumina nuestra neshama, alma espiritual, y en el esfuerzo de vivir la Torá según la kavaná, intención, enseñada por Yeshua HaMashiaj encontramos el sendero de la Teshuva, volver a la Torá, lo cual purifica nuestra neshama continuamente.

בזכות של ישוע המשיח

BeZejut shel Yeshua HaMashiaj.

En los méritos de Yeshua el Mesías.

 

Iosef Shemi
Rabino
Beit Sar Shalom
Argentina