Toledot

Tora : Bereshit ( génesis) 25:19-28:9
Haftara: Malají 1:1-2:7
Meshijei ketuvim (Escritos mesiánicos): Romanos 9:6-13

El nacimiento de Iahacob  y Esav estuvo sumergido en acontecimientos divinos, Rivka e Itzjak oraron por veinte años para que esto se produjera, y luego la llegada de los mellizos trajo consigo el desafío de la sucesión y la bejorá, primogenitura.
La profecía era que el mayor servirá la menor, y la actitud de cada uno de los niños conllevaba una afirmación de esa profecía. ¿Puede el que expresa violencia regir al que expresa quietud? En el plano físico, la dimensión de Asia, el odio prevalece sobre el amor, hasta que el amor prevalece por ser la energía divina, es decir, hay un tiempo intermedio entre la expresión del odio y que el amor conquiste y sane las secuelas.
El odio se imponte a traves de la violencia, verbal o física, el amor mediante la veracidad, el silencio adecuado y la humildad.
Iahacob quiso intervenir sobre la misma profecía al seguir el consejo de su madre Rivka para obtener la bejora, Esav no fue fiel a la venta de la primogenitura que ya había hecho a Iahacob. El corazón de Esav guardó rencor a Iahacob. ¿Fue la primogenitura el motivo de este guardar rencor?
En realidad es el espíritu de Esav que expresa su esencia: violencia, desprecio por su padre y madre al elegir esposas que los angustiaban, vender y no aceptar la venta luego…
Esav, el rojo , lo rojo, como Edom , son la capacidad del ietzer hara que todos tenemos y que debemos ir conquistando.
Una vez que un corazón guarda rencor, todo lo que ve y hace estar teñido por él, y su fin es la destrucción. La fuerza opuesta es el amor, que siempre intentará construir.
El zejut , mérito, de Yeshua haMashiaj nos da el sendero para conquistar nuestro ietzer hara, seamos dignos discípulos de él, en amor y armonía.
Con inmenso amor
Iosef Shemi
Rabino